Si el ser humano siente la sed de buscar sabiduría, y se admira al leer dichos de pensadores humanos que reflejan cierto discernimiento, ¿dejaría Dios de tener una fuente de sus propios dichos sabios en lenguaje humano para que fueran aprovechados por sus hijos de todas las épocas, razas y países?
La Biblia tiene más de 3.500 años desde que se empezó a escribir, se ha distribuido en más de 2.400 idiomas, cerca del 98% del mundo tiene acceso a ella en su idioma. Examínela directamente, y no deje que los prejuicios o la mala fama que le han dado los excesos religiosos, le impidan saborear los dichos de Dios (Salmo 19:7, 8).
¿No valdría la pena investigar un poco más este asunto?