“Es la verdad, no su siervo, lo que debería honrarse y proclamarse [...] Existe demasiada inclinación a dar el crédito de la verdad al predicador, olvidando que toda la verdad proviene de Dios, quien utiliza en su proclamación a uno u otro siervo según le plazca” (Año 1900, Despertad, 22/10/1989, pág.20)
“Si fue apropiado para los cristianos primitivos establecer la validez de lo que recibían de los apóstoles, quienes tenían y aseguraban tener la inspiración de Dios, de cuánta más importancia es que usted quede plenamente satisfecho de que estas enseñanzas se apegan estrechamente a las instrucciones dadas por los apóstoles y por el Señor, pues el autor de estas no afirma estar inspirado, sino que sencillamente tiene la guía del Señor como alguien a quien Él utiliza para alimentar [a] Su rebaño” (Libro "Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios", pág. 622)
“Nuestra labor [...] ha sido juntar estos fragmentos de la verdad que han estado esparcidos por largo tiempo y presentarlos al pueblo del Señor, no como nuevos, ni como nuestros, sino como del Señor. [...] No debemos atribuirnos siquiera el haber hallado y puesto en orden nuevo estas gemas de la verdad [...] La obra en que el Señor se ha complacido en utilizar nuestras humildes aptitudes ha consistido en reconstruir, ajustar y armonizar, más bien que en originar”. (Libro "Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios", pág. 49)
“Hasta el grado en que, por la gracia de Dios, se nos ha utilizado en el ministerio del evangelio, no estaría de más repetir lo que ya hemos dicho con frecuencia en privado, y con anterioridad en estas columnas, a saber, que aunque agradecemos el amor, la comprensión, la confianza y la asociación con compañeros de servicio y con la entera casa de la fe, no deseamos que se nos dé honra ni reverencia, ni a nosotros mismos ni a lo que escribimos; tampoco deseamos que se nos llame Reverendo o Rabino, ni que se use nuestro nombre para designar a nadie.” (Año 1896, Libro "Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios", pág. 623)
“Los siete tiempos terminarán en 1914 A.C.” (Artículo escrito por Russell intitulado “Tiempos de los Gentiles: ¿Cuándo terminan?” publicado en "Bible Examiner" (El escrutador de la Biblia) de octubre de 1876, donde enlaza los Tiempos de los "Gentiles" (o de las "Naciones" no judías) de Lucas 21:24 con los “siete tiempos” que se mencionan en el libro de Daniel. (Dan. 4:16, 23, 25, 32).) (Anuario de los Testigos de Jehová para 1975, pág.37)
“¿No es cierto que somos un pueblo bendito y feliz? ¿Y no es verdad que nuestro Dios es fiel? Si alguien conoce algo que sea mejor que esto, que se aproveche de ello. Si alguna vez cualquiera de ustedes halla algo mejor, esperamos que nos lo diga. No conocemos nada que sea mejor ni que siquiera se acerque a lo que hemos hallado en la Palabra de Dios. [...] Ninguna lengua ni pluma puede expresar la paz, el gozo y la bendición que el conocimiento claro del Dios verdadero ha traído a nuestro corazón y nuestra vida. La Historia de la Sabiduría, la Justicia, el Poder y el Amor de Dios satisface plenamente lo que anhelan el cerebro y el corazón. Hemos dejado de buscar. Lo único que deseamos es llegar a tener un cuadro más claro de esta maravillosa Historia” (La Atalaya (edición en inglés) del 15 de diciembre de 1914, páginas 377, 378 [Tomado de La Atalaya, 1/12/1990, pág.19, párr.13])
"Recordemos que estamos en una época de pruebas. Los apóstoles vivieron en una época semejante en el intervalo entre la muerte de nuestro Señor y el Pentecostés. Después de su resurrección, nuestro Señor se apareció a sus discípulos unas cuantas veces, y luego ellos dejaron de verlo por muchos días. Entonces se desanimaron y dijeron: ‘No vale la pena esperar’. ‘Me voy a pescar’, dijo uno. ‘Iremos contigo’, respondieron otros dos. Estaban por ingresar en el negocio de la pesca y abandonar la obra de pescar hombres. Fue un período de pruebas para los discípulos. Y lo mismo sucede ahora. Si hay alguna razón que impulse a alguien a dejar al Señor y Su Verdad y a cesar de sacrificarse por Su Causa, entonces lo que suscitó el interés en el Señor no fue solamente el amor a Dios de corazón, sino otra cosa: probablemente la esperanza de que quedaba poco tiempo; la consagración fue solamente por cierto tiempo” (La Atalaya (edición en inglés) del 1 de noviembre de 1914, [Tomado de Libro "Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios", pág. 636])
“Si la Biblia enseña que lo que espera a todos, con excepción de los santos, es el tormento eterno, eso debería predicarse, sí, anunciarse de manera atronadora desde las azoteas semanalmente, diariamente, a todas horas; pero si no enseña esa creencia, esto debe darse a conocer, y así debe borrarse la horrible mancha que deshonra el santo nombre de Dios” (Libro "Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios", pág. 126)
Véase también la entrada: Fotodrama de la creación